Hoy todavía no escribí y me siento inquieta.
Cambio de lugar en la casa, me acuesto y no duermo la siesta, scrolleo Instagram, Twitter y Substack, vuelvo a pararme, me hago un caldo de huesos, estoy incómoda. Eso siente mi cuerpo: incomodidad.
Incomodidad que muchas veces llamé ansiedad, y que hoy tal vez pueda exponerte lo que percibo que en verdad nos está sucediendo - y va mucho más allá de estar ansiosa.
Los seres humanos no fuimos hechos para consumir la cantidad de contenido que consumimos diariamente. No tenemos el sistema nervioso preparado para ver la tonelada de vidas, recetas, tips, recomendaciones, opiniones y puntos de vista que vemos en este momento de la historia. El boom de la tecnología, de 15 años hasta acá, avanzó más rápido de lo que nuestra capacidad de adaptación pudo hacerlo. Algo que antes crecía y evolucionaba a un ritmo orgánico que permitía a nuestro cuerpo adaptarse a los cambios, estalló y nos dejó con accesibilidad infinita en la punta de nuestros dedos, ¿sabemos a costa de qué? Algo me dice que no.
Me siento incómoda y no es ansiedad: estoy incómoda porque hoy consumí más de lo que creé, y esa no es manera de vivir, al menos para mí… y estoy prácticamente convencida de que esto aplica a todos los seres humanos, sólo que hay muchos que hemos sido convencidos de que la creatividad tiene que verse de cierta manera para poder ser considerada como tal, y cuando no entramos dentro de esos cánones nos llamamos a nosotros mismos “personas no creativas”. Disiento profundamente.
Como seres humanos, de la mano con la definición de ser mamíferos, está la definición de ser creativos. No estoy diciendo nada nuevo. Autores como Rick Rubin y Elizabeth Gilbert, entre tantos otros miles, lo han expuesto antes (y seguramente, mejor) que lo que yo puedo hacerlo acá. La cuestión hoy es: estamos tan expuestos a ideas, propuestas, conceptos y miradas ajenas, que de alguna manera adoptamos como propias sin haberlas pasado por el cuerpo, sin haber experimentado en carne propia para llegar a esa conclusión empíricamente, sin haber pasado por el proceso de aprendizaje hecho y derecho, sin haber creado, y eso nos deja en un loop constante de consumo y más consumo donde creemos estar haciendo algo… cuando en verdad, todo lo que hicimos fue armar un tablero de Pinterest y guardar la idea para “algún día que tenga tiempo”.
Ya de solo escribir esto siento como mi incomodidad bajó. Y me surge la siguiente pregunta: ¿cuándo inspiración es DEMASIADA inspiración?
Creo que cuando esa inspiración no abre paso jamás a la acción.
Te invito a que vuelvas a pensar en esto conmigo: ¿cómo se vería tu vida si supieras que cada día que no sacás algo creativo al mundo es un día que le privás a la tierra de tus regalos - y eso es algo sumamente egoísta? Seguramente muy diferente. El problema es que asociamos que sacar algo al mundo tiene que venir siempre de la mano con:
Subirlo a alguna red social.
Volvernos virales.
Que se vea estético.
Que exista algún testigo de esa creación.
Crear, como primer y principal acto, es una invitación a la reconexión interior. Es tan necesario para nuestro cuerpo como respirar, porque la creación de lo que sea: una pieza de arte, una canción, un plato de comida, una figura de plastilina, un texto, un haiku, un paso de baile, una pose de yoga, un escarpín, supone que hay una parte de nosotros que está lo suficientemente conectada, en un estado lo suficientemente ventral, como para poder ser auténtica. La creación implica seguridad, seguridad interior, implica conexión con ese santuario interno donde siempre somos bien recibidos, donde todas nuestras características (positivas y no tanto) tienen lugar, hay una señal que se envía a nuestro sistema:
Aquí, hoy, ahora, estoy a salvo.
La creación es una gran forma de regulación. Un cuerpo en supervivencia no tiene espacio para la creatividad, y, curiosamente, una espectacular manera de salir de la supervivencia es creando.
Supongo que lo que quiero decir es, antes de catalogarte como ansioso, inquieto, inestable o incómodo, ¿qué te regalaste crear hoy?
GRACIAS! Necesitaba esto, yendo a publicar mi texto y dejarme de perfeccionismo♥
Nunca me animo a compartir nada de lo que escribo. Asique hoy me regalé animarme . Gracias por ser inspiración