llamado al coraje
llamado a la vulnerabilidad
Entiendo a Brené Brown cuando habla de que odia la vulnerabilidad y no sabe porqué la hizo el trabajo de su vida, si es una de las peores sensaciones que podemos sentir los seres humanos. La entiendo porque hace tiempo tomé el voto interior de poner al amor el centro de mi vida, y el amor y la vulnerabilidad son expertos en acostarse en la cama y despertarse enredados. En pocas palabras: exponerme a la vulnerabilidad es la forma que encontré de que mi corazón, que vive en mi mano, pueda experimentar lo que quiere experimentar.
Spoiler: Lo que mi corazón y mi mente quieren experimentar son dos cosas diametralmente opuestas y muchas veces me siento en una película de antaño donde tengo sogas en cada extremidad atadas a caballos, estoy en medio del frame, esperando a que griten ACCIÓN para que salgan corriendo cada uno en una dirección diferente y me descuarticen, por amor al arte, como expresión poética.
Me está costando encontrarme en este lugar donde pido algo, la vida me lo da, y tengo la capacidad suficiente como para recibirlo.
Todos los días vienen a tomar el té conmigo fantasmas del pasado.
Son cómicos, realmente. Son espectros de situaciones vividas, su forma cada vez más difusa, tengo que volver a mis registros empíricos para ver si realmente era así la cosa o si estoy inventando. Cuando abrimos la puerta al futuro, cuando atendemos el llamado al coraje que nos hace la vulnerabilidad, cuando nos proponemos construir algo nuevo y diferente a todo lo conocido, la puerta del pasado no siempre está totalmente cerrada.
En medio de lo que será y de lo que fue habita el puente de lo que es y, muchas veces, lo que es es un quilombo de proporciones épicas. El Norte y el Sur se mezclan, y hacia el futuro nos guía una vaga esperanza que se presenta como una luz tenue, y si no prestamos suficiente atención podemos terminar exactamente donde empezamos.
No quiero terminar ahí, eso lo tengo claro.
Entonces atiendo el llamado de la vulnerabilidad que me pide coraje, y me miro la mano izquierda y veo el corazón que tengo siempre conmigo reposando en mi dedo, que me recuerda que la vida tiernamente hace de cuenta que me da opción pero en verdad este tren se mueve únicamente hacia adelante. El llamado del coraje es el llamado del corazón, que me entregó un ticket y me armó la valija, y me manda de lleno hacia la apertura de lo nuevo, hacia lo desconocido.
Es un reto, un desafío, porque la vida sabe que eso es lo que me gusta a mí.
I dare you.
Y así me abro a estar como estoy: mal dormida, sin poder escribir, vibrando, no entendiendo, sintiendo las ganas de salir corriendo. Pero hoy no me voy, ahora me quedo.
Siempre por lo mismo: por la promesa de que esta vez, tal vez, será diferente.


Piel de gallina my love
❤️🩷