Quiero hablarte, quiero contarte, que al final no era tan especial como vos decías que era: yo solamente era un árbol. Y vos también.
Escuchame, ya sé lo que vas a decir, siempre con cosas raras, que te hable claro, que no querés pensar tanto, pero esperá, esperá porque esto te va a hacer sentido.
Al final era un árbol, vos también, ¿lo entendés? Éramos árboles y vos estabas allá y yo estaba acá y en apariencia lejos pero por debajo de la superficie pasaba todo, y nuestras raíces se tocaban, y nos nutríamos mutuamente, y tu existencia no me era indiferente porque vos tenías eso que a mí me faltaba y yo miraba tus ramas y pensaba “qué suerte, qué suerte todos los pájaros que van ahí, ¿qué tendrá?” y no entendía pero ahora entiendo que es que vos desde siempre supiste que eras árbol y yo recién lo estoy descubriendo ahora.
Y recién lloré porque me dio mucha tristeza pensar ¿qué hacen los árboles en el bosque cuando uno se muere? No, en serio, no te rías, porque te digo en serio, ya sé que soy muy sensible pero vos también, no te hagas, pensalo. No lo sabemos, no lo vemos, no digo lo que hacen cuando los humanos los estudian, digo qué hacen en lo profundo del bosque, en ese lugar a donde nuestra raza no llega, donde se habla otro lenguaje (creo que es un lenguaje que a vos te enseñaron, a mí no, a mí nadie me lo enseñó). ¿Le hacen un funeral, le hacen una fiesta, lloran? ¿Cuál será el rito de paso? ¿Qué hacen los pájaros que iban a ese árbol, cómo atraviesan la tristeza de tener que dejar atrás la que fue su casa? ¿Cómo lo lleva todo lo que está por debajo de la superficie? ¿Cómo le cuentan al mundo que antes ahí había un árbol vivo, magnifico, y ahora no está?
No puedo dejar de preguntármelo, en serio.
Lo pienso y me vuelvo un sauce llorón, me da una tristeza tremenda, imaginate ser un árbol y no poder gritar, no poder contarle al mundo que algo vivo había ahí y ahora se transformó, y está por todos lados sí, pero no como antes. No es lo mismo, ya no. Algo cambió para siempre.
¿Me seguís? No, no me pidas que te lo simplifique, cerrá los ojos, sentilo, éramos dos árboles y ahora estoy yo sola acá y nadie entiende, nadie entiende de lo profundo de esas raíces, estoy de este lado donde la gente piensa que los otros seres humanos son descartables, y que hay que seguir laburando, y que así es la vida, y que vaya y pase, como si hubiese algo más importante en nuestro transcurrir por la tierra que tocarnos, tocarnos el alma, tocarnos las raíces.
No hay nada más importante que el amor. Es la fuerza de todo, es el motor de todo, es la razón para todo. Yo lo sé, porque perdí un árbol, pero el resto del mundo parece que no.
Ahora siento que me falta algo. Abajo de la tierra, busco y busco, no estás. Por momentos se siente igual, me siento árbol, no tengo voz, no puedo explicarle a nadie lo que pasó, que hay algo que cambió y que Dios mío, gracias, gracias por este dolor tan dulce, gracias por esta salvia, gracias por este compost, gracias por tocarme tan profundo, lloro y lloro y lloro, se inunda todo alrededor mío, se me caen las hojas, se me cae el pelo, se me caen los mocos en el teclado, no me importa.
Tengo voz, cuento esto, ¿me escuchás? ¿lo entendés ahora? Es muy importante que lo entiendas, que los dos éramos árboles, y que te transformaste, sí, pero yo también, y que yo sigo viva, y lloro, y es hermoso, lo más hermoso, lo más hermoso que me podía pasar en la vida saber que tengo esta capacidad enorme de sentir.
Me hiciste crecer las raíces. Y te veo diciéndome “na, na, na”. Sé que dirías que es una boludez y después subiéndote al auto entenderías. Y lo mencionarías al pasar unos días después porque sí, entendías, entendiste.
Y es hermoso, también.
Resuenan por acá las raíces unidas de lo que es y lo que fue, somos árboles, siento el algo perdido y el fulgor del dolor que se comparte, no pasa desapercibido, aún en silencio. Te abrazo con el corazón y te agradezco tu valentía para honrar el sentir. El árbol se vuelve abono en el bosque, vuelve a crear vida, se transforma en parte con otra forma♡
Termino de leerte con lagrimas en los ojos, no solo me llego cada palabra, sino que, también, me metí de lleno en todo lo que narrabas. Me sentí árbol por momentos. Y visualizaba un bosque, el árbol que ya no esta, los pajaros que tienen que cambiar de destino, como todo es y sigue su rumbo a pesar de la pérdida.
Pienso, que necesario poder parar para honrar ese duelo, porque una no puede seguir como si no hubiera pasado nada. Y me ha pasado, de seguir como si nada.
Así que gracias Ni, gracias por compartirnos tu arte. Gracias por, con tu proceso, enseñarnos tanto.
Te abrazo con el alma🤍